Hoy quiero compartir con ustedes, mis queridos lectores, una maravillosa noticia: sólo quedan 6 meses de este gobierno. Se preguntarán, ¿cómo así? Pues sí. Aunque el señor Petro se irá de la Casa de Nariño el 7 de agosto de 2026, el próximo año será electoral y eso marca una enorme diferencia. Me explico. Tendremos 2 o 3 elecciones el año que viene y eso, precisamente, es lo que me permite afirmar que a este gobierno le queda pólvora para 6 meses.
En enero, cuando empiece el 2026, la campaña para elegir a los congresistas que habrán de conformar a la Cámara de Representantes y al Senado será feroz. El Pacto Histórico luchará como “gato patas arriba” para mantener un número de curules parecido al que ostenta en la actualidad, misión que afortunadamente no será cumplida, fracasará. Elegirán a unos congresistas, por supuesto, claro que sí; pero sus resultados estarán muy por debajo de los obtenidos para estas últimas 4 legislaturas. La izquierda irá unida pero ya no tendrá el apoyo de tanto ingenuo que apostó por “el cambio” y vio cómo, sí se dio “el cambio” pero para empeorar drásticamente. En febrero seguiremos en campaña y elegiremos congreso el 8 de marzo. Ese mismo día podrá haber consultas populares de los partidos y movimientos para definir candidaturas a la Presidencia de la República. Luego de los resultados, del reacomodo político que se viene con la conformación del legislativo para el período 2026-2030, empezará de lleno la campaña presidencial. Así las cosas, marzo, abril y mayo serán de locos y estaremos atiborrados de debates, de discursos, de publicidad, de afiches, pauta radial, comerciales en televisión, de gazaperas familiares, de todo.
Tendremos una campaña fuerte, intensa, veremos quiénes llegan finalmente a la primera vuelta que sucederá el 31 de mayo según el cronograma electoral presentado hace varias semanas por el Registrador Nacional. Si ninguno de los candidatos logra la mitad más uno de los votos, tendremos segunda vuelta 3 domingos después, es decir, el 21 de junio. ¿Ven por qué afirmo que a Petro le queda pólvora para 6 meses? Por más daño que la haya hecho a Colombia, por más daño que le siga haciendo, pasará al baúl de los recuerdos desde el 10 de enero. Pasadas las vacaciones de Navidad y Año Nuevo, Colombia respirará un aire diferente, electoral, patriótico, obviamente polarizado, pero de Petro, de su presidencia, poco. Eso sí, los candidatos a cualquier corporación o a la presidencia hablarán mucho de él: unos lo defenderán -deben hacerlo porque nadie más lo hará- y otros lo atacarán y enfrentarán –a estos, duro con él-. Petro se desinfla, sus alocuciones perderán audiencia, saldrá menos en las noticias y quedará relegado al que él mismo convirtió en su peor enemigo: la red X. A esto se limitará su acción, a esos textos mal escritos y producto de sus alucinaciones.
Este texto emociona, el fin de esta pesadilla, de este experimento que nos supo a m…, está cerca. Pronto respiraremos un aire más limpio, empezaremos a ordenar la casa, limpiaremos, guardaremos el desorden, botaremos la basura -sí, esa basura también-, y empezaremos la reconstrucción de Colombia. Reconstrucción a partir de una lección aprendida y que esperamos no se repita. A propósito, apoyamos la propuesta del ex contralor Felipe Córdoba: nunca más un amnistiado debe llegar al gobierno, ¡jamás!
Mientras tanto, nos resulta grato que el apellido Uribe vuelva a estar de moda. Álvaro Uribe es inocente, siempre lo ha sido. Confiamos en que la Justicia así lo determine. Y el milagro de Miguel Uribe continúa madurando. Ya se cumple mes y medio y Miguel, con su madre y abuela cuidándolo desde el cielo, sigue su lucha, va paso a paso y mejora de manera increíble. La oración de los colombianos, de los cientos de miles que nos hemos conmovido con este terrible atentado del que Petro es responsable, sí señores, es responsable, ha sido el bálsamo que ha permitido favorecer las condiciones neurológicas del Senador Uribe. ¡Su curul y los suyos lo esperan Senador! ¡Colombia y los colombianos de bien lo necesitamos de vuelta!


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