Se hundió la Consulta Popular, el remedo de elección presidencial anticipada del gobierno Petro. De los senadores presentes, 49 le dijeron NO y 47, SÍ. Gracias a 2 voticos, Colombia se ahorrará 750 mil millones de pesos, hombres y mujeres de 500 mil hogares mantendrán su trabajo y la campaña presidencial no arrancará en firme todavía. Vimos un espectáculo bochornoso, vergonzoso, de esos que sólo el Pacto Histórico sabe hacer. Vimos cómo el ramplón de Armando Benedetti, al que se le olvida que es ministro y no congresista, se subió a increpar al secretario del senado y a Efraín Cepeda, violentamente, para intentar cambiar un resultado que ya estaba en firme.
Han inventado de todo: que hubo fraude, volvió a sonar el concepto de “entrampamiento” que no oíamos desde que se dio de baja a Jesús Santrich, que no dejaron votar a unos senadores que apoyaban el SÍ, mejor dicho, cuando la democracia no le da la razón a este gobierno y a sus secuaces, la democracia no sirve. Recordemos que absurdamente el sistema electoral que garantizó la elección de Petro es ahora maltratado por él mismo, al afirmar que es inseguro y permite ser manipulado; eso es lo que ellos buscan: cambiarlo para poder amañar resultados y mantenerse directamente o por interpuesta persona, en el poder.
Lo que no se ha dicho es que parece ser que la famosísima senadora Martha Peralta estaba en un salón de belleza durante la votación; resulta que la señora, que seguramente aprendió de etiqueta luego de cambiar sus vestimentas indígenas en París, estaba en la peluquería en horario laboral, pagado por nuestros impuestos, afectando el resultado definitivo. Ahí vemos el verdadero compromiso de los congresistas del Pacto con los trabajadores que dicen defender. Aquí se comprobó lo que hemos dicho antes: el único interés es mantener al pueblo pobre e ignorante para que éste, iluso, siga votando por ellos.
¿Qué lógica tiene que se intente generar un pésimo ambiente para los empresarios del país, en temas laborales, si este gobierno ha sido el campeón de los contratos por prestación de servicios -que, dicho sea de paso, son corbatas- y que es el gobierno que ha desmontado los programas que funcionaban muy bien para que los colombianos más vulnerables pudiesen tener vivienda, salud y acceder a educación?
Puras contradicciones, mentiras, los tramposos son los que hoy gobiernan. Mienten abiertamente, vimos al nefasto ministro Sanguino culpando a Misael Pastrana de lo sucedido en las elecciones de 1970. Si algo pasó en esa elección, no es culpable Pastrana, ni el partido conservador. Es culpable el Frente Nacional y serían responsables de ello el expresidente Carlos Lleras Restrepo y su ministro de gobierno, el “tigrillo” Noriega. Pero mienten para generar odio y desinformación, estamos siendo gobernados por hampones descarados y mezquinos.
Gracias a los 49 valientes senadores que no le jugaron al gobierno. Disfruté ver a Armandito desencajado, lo imaginaba horas antes de la votación diciéndole a su jefe, al chino Petro, que el tema estaba asegurado, que ya estaba ganado. Y quedaron viendo un chispero. Cómo estaría la cosa de enredada, que María José Pizarro, una de las líderes de la recua, fue quien se interpuso para que Armandito no le “cascara” al secretario del senado. De no creer.
Mientras tanto, recibimos al Papa León XIV con esperanza, con muy buena vibra. Francisco I dejó el listón alto, acercó a la Iglesia católica a los feligreses, se mostró humilde y reflexivo, compartió con los menos favorecidos y recorrió miles de kilómetros con el objetivo de hablar de un Cristo bueno y misericordioso. León XIV parece ser un discípulo aplicado y fiel al Papa argentino, ponemos en él nuestra confianza y, de todas maneras, aceptaremos que imponga su estilo particular, a eso tiene derecho. Muy cercano al Perú, conoce bien a Colombia y las realidades sociales que vivimos. Que Dios lo bendiga y le permita sembrar semillas de respeto y empatía que impacten positivamente a todos los rincones de la tierra.
Que Francisco I descanse en paz y, ¡bienvenido León XIV!
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