¡Fuerza Miguel!

Creo yo, tras el atentado al Senador y precandidato Presidencial, Miguel Uribe Turbay, que por cuenta y riesgo del actual mandatario de los Colombianos, “HEMOS SIDO DERROTADOS COMO ESTADO”.

El Presidente, un ex convicto, puesto a disposición de la autoridad competente en su momento, que aceptó los cargos de sedición y pertenencia a un grupo delincuencial, jamás se desmovilizo, o si lo hizo, fue en el papel; quizás no volvió a portar arma de fuego por considerarla poco eficiente para atentar en contra de la sociedad; él, entendió perfectamente que con la LENGUA ASESINABA MAS RAPIDO.

La Bandera que exhibió el 1 de Mayo pasado, no fue una propaganda de pañales Winny, que termina siempre con besito tierno en la cola del Bebe, fue un anuncio explicito, al mejor estilo y grito de Batalla COMUNISTA: “GUERRA A MUERTE”.

Esto dijo nuestro ex convicto, loco y drogadicto Presidente: “El negro es la muerte y el rojo es la libertad. Significa esta bandera, libertad o muerte. Este pueblo de Colombia vuelve a levantar esta bandera para que no nos tomen por pendejos”.

Este Psicópata, tan inteligente y leído como lo quieren hacer ver sus adoctrinados, (Por cierto, demasiado ignorantes), no se ha dado cuenta que las palabras mal usadas tienen más poder para asesinar, que un proyectil o una bomba.

Los Comunistas y, los Progresistas que dicen ser de mente abierta, esos mismos que pregonan la PAZ, LOS QUE PERDONAN AL ASESINO DEL HIJO AJENO, esos mismos indignos que consideran que tener una persona amarrada del cuello un árbol durante meses y años, no son unos hijos de puta, son, revolucionarios que luchan por un mejor futuro para la Nación; esos, los portadores de la deshonra de la Patria.

COMO HACE DE RUIDO UNA BOMBA, COMO ES DE SILENCIOSO UN ABRAZO:

Esta podría ser una sabia paradoja entre el bien y el mal; el ruido que produce la maldad, EL ECO DE LA PALABRA MAL INTENCIONADA, frente al apacible silencio del bien; al final, es tan poderoso el abrazo, que aun imperceptible, es más fuerte que el estruendo de una bomba, porque siempre el bien prevalece sobre el mal; siempre.