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Nuevas Viejas Masculinidades

por | Abr 28, 2025 | Opinión | 2 Comentarios

A veces hago cosas tan simples como decirle “te amo” a mi hijo o darle un beso, incluso frente a otros hombres, y noto que algunos se sorprenden. Para varios conocidos, eso ya es motivo para meterme en el combo de las “nuevas masculinidades”. Me dicen que estoy rompiendo esquemas, que soy distinto, bla, bla, y más bla, bla, bla. Y aunque agradezco el elogio, siempre me queda dando vueltas una idea: ¿realmente es tan nuevo expresar cariño siendo hombre?

Es verdad que por generaciones se nos enseñó a no mostrar emociones. Muchos papás querían, pero no sabían cómo decirlo. El amor lo demostraban trabajando duro, pagando cuentas, estando ahí, pero sin besos ni palabras tiernas. Había que ser fuerte, y ser fuerte era sinónimo de ser callado, serio, hasta un poco distante. Por suerte, eso está cambiando. Hoy muchos entendemos que ser afectuoso no nos hace menos hombres. Al contrario, nos conecta más con quienes amamos y con nosotros mismos.

Pero insisto: ¿esto es nuevo de verdad? Yo creo que no. Hay ejemplos antiguos de hombres que rompieron con ese molde, aunque no se les haya reconocido lo suficiente. Uno que me conmueve profundamente es José, el padre de Jesús. Y no me refiero solo a que aceptó criar a un hijo que no era biológicamente suyo, sino a lo que hizo antes de eso.

José vivía en una sociedad muy machista, donde la honra del hombre estaba por encima de muchas cosas, y donde una mujer embarazada fuera del matrimonio podía ser condenada a muerte. Literalmente. La ley permitía que fuera apedreada. Cuando se enteró de que María estaba esperando un hijo que no era suyo, José tuvo todas las razones legales y sociales para repudiarla públicamente. Nadie lo habría juzgado mal por eso. Al contrario, lo habrían aplaudido por “defender su honor”.

Pero no lo hizo. Eligió otra cosa. Quiso dejarla en secreto, sin escándalo. Un gesto que parece pequeño, pero que en realidad fue enorme. Al decidir actuar con discreción y respeto, José le salvó la vida a María. Le evitó el linchamiento, la vergüenza pública, el castigo cruel que podía caerle por una decisión que nadie entendía. Eso es ser hombre también. No el que grita, impone o castiga, sino el que protege, cuida y toma decisiones difíciles por amor.

Y luego de eso, aún con las dudas, con el miedo y las críticas de los demás, eligió quedarse. Crio a Jesús, trabajó, enseñó, estuvo presente. Fue un padre completo. Esa masculinidad, que muchos ven como moderna, es en realidad muy antigua, solo que ha sido silenciada. Tal vez porque no encajaba con la imagen del hombre duro que la historia quiso repetir.

Así que cuando yo abrazo a mi hijo y le digo que lo amo, no siento que esté haciendo algo revolucionario. Más bien siento que estoy retomando una forma de ser hombre que siempre existió, aunque no siempre se permitió mostrar. Lo que hoy llamamos “nuevas masculinidades” son, en realidad, viejas formas de ternura que estamos redescubriendo. Y ojalá cada vez más hombres se animen a vivirlas sin miedo, como lo hizo José, cuando decidió que amar y proteger valía más que el qué dirán.

Gerardo Angulo

Gerardo Angulo

Ingeniero Industrial, Magister y Doctor en Innovación y desarrollo tecnológico. En la actualidad se dedica a la docencia e investigación en Educación en Ingeniería, Innovación e Inteligencia Artificial

2 Comentarios

  1. Fabuloso, reconocer que el amor se debe demostrar de manera expresa y no tácita es el paso a la transformación de la sociedad. La humanidad necesita más demostraciones de afecto, besos, abrazos, miradas, sonrisas. El famoso ‘te veo y te reconozco’ es el inicio de la unión por la construcción de un nuevo mundo, un reconocimiento de toda especie viviente y el respeto por ello. Gracias por escribir sobre un tema tabú dentro de una sociedad que aún se niega a avanzar.

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    • Gracias Monica por leer y compartir. La idea es que entre todos los padres podamos conocernos y compartir experiencia de crianza. Creo que criando mejor a nuestros hijos creamos un mundo mejor.

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